Mauricio y Ana son una pareja de esposos que llevan una relación en la cual Ana ha legitimado la violencia sexual cometida contra ella por su esposo como una práctica cotidiana. Un día esta impide que él la tome por la fuerza, discuten; ella decide abandonarlo y denunciarlo por el abuso cometido durante tanto tiempo. Decidida a realizar la denuncia, se dirige a una estación de policía. Se encontrará allí a un funcionario incompetente, que concluye diciéndole que es muy difícil comprobar que fue violada por su esposo, ya que “quién dice que él no estaba ejerciendo su pleno derecho marital". Así acude a diferentes instancias para realizar la denuncia, encontrándose finalmente con una sociedad en la que todos los núcleos e instituciones que la conforman están configuradas al servicio de los hombres, y cómo en nuestro país aún no se establecen leyes verdaderas que busquen evitar que se vulnere a la población femenina en las diferentes formas que se presentan como hechos de violencia.