Ritornelos de amor son cuatro escenas autónomas: "La deuda", "Tomates Verdes", "Estocada con moño" y " El exorcismo", que relatan situaciones disímiles de amor y el desamor donde los desacuerdos saltan en cada palabra, en cada acción en situaciones que hablan de pasados enigmáticos con futuros tormentosos.
Los cuadros:
“La deuda”. Dos jóvenes modernos, ella, una actriz aprendiz de porno, él un chulo punk, realizan un pacto de pareja abierta y liberada que se vuelve deleznable como una promesa de amor eterno.
“Tomates Verdes”. Cuando la disparidad en la pareja encuba el engaño y la insatisfacción y conduce a un amor utilitarista saturado por la conveniencia que estampilla el hastió y la incomunicación.
“Estocada con moño”. El amor furtivo toca fondo y es allí donde el dialogo se torna cruel cínico y crea una estela de humor negro y caustico que refrenda su inviabilidad.
“El exorcismo”. Un cura y su amante se citan el confesionario. Es una pasión non santa, una letanía, una procesión donde el deseo se exhibe encadenado.